miércoles, 18 de abril de 2012

El cultivo de la patata


Para conseguir una producción de patatas rentable, se deben de planificar muchas labores. Uno de los aspectos más importantes es la siembra. Para una buena producción de patatas de alta calidad es imprescindible la combinación adecuada de tres factores: una patata de siembra sana y de la correcta edad fisiológica, un lecho de siembra adecuado y una siembra cuidadosa.

La base para un buen cultivo consiste en la siembra correcta de patata de siembra de alta calidad de la variedad idónea en un lecho de siembra bien preparado de suelo mullido y con tempero. Una siembra correcta implica:


·          una fecha adecuada para la siembra.
·          una densidad de siembra óptima.
·          una profundidad de siembra correcta y constante.

Es sumamente importante tener muy en cuenta las condiciones reales del lugar de siembra y hacer una evaluación exacta de las consecuencias que podrían tener determinadas labores.

Lecho de siembra

El período comprendido entre la siembra y la emergencia es la fase más delicada del cultivo de patatas. El desarrollo óptimo de los brotes depende en gran medida de la calidad de la patata de siembra, de su edad fisiológica y del estado de brotación, así como de las condiciones del suelo, especialmente de la temperatura y de la humedad en el momento de la siembra. Es por ello que el lecho de siembra debe prepararse concienzudamente.

Estructura del suelo

En un buen lecho de siembra, la proporción de aire, humedad y tierra debe ser óptima. Así, el medio creado favorecerá una emergencia uniforme y un crecimiento ininterrumpido del cultivo de patatas. El lecho de siembra debe ser llano, estar libre de terrones y tener una capa de suelo bien desmenuzado y suelto de 8 a 10 cm de profundidad, que sea lo suficientemente firme y húmedo para permitir la formación de un buen caballón. Además, una estructura mullida del suelo ayudará a evitar que el caballón se deseque rápidamente, mientras que un laboreo excesivo puede ocasionar una compactación del suelo y una indeseada disminución de la cantidad de agua disponible para el cultivo. Las patatas tienen raíces superficiales, y tanto el crecimiento de las raíces como el de los tubérculos son extremamente sensibles a la compactación del suelo. Por estos motivos se deben reducir al mínimo el número de operaciones de labranza.


Riego

La humedad del suelo tiene una gran influencia en la emergencia de la patata de siembra. Si el suelo está demasiado seco, la emergencia se retrasa y se desarrollan menos tallos. Con una humedad correcta del suelo, el cultivo emerge rápidamente después de la siembra y los brotes empiezan a formar las raíces que absorberán el agua del suelo. En suelos saturados, la patata de siembra se pudre debido a la falta de oxígeno. Por este motivo un riego abundante inmediatamente después de la siembra es perjudicial, por lo que si es necesario es preferible realizar el riego antes de la siembra. Así, las patatas de siembra deben estar rodeadas de suelo húmedo o por lo menos deben sembrarse con buen tempero. La patata de siembra debe cubrirse de una capa de suelo lo suficientemente gruesa que evite que el suelo que rodea al tubérculo se reseque demasiado rápido, mientras que el subsuelo debe permitir el desarrollo libre de las raíces para que garanticen un adecuado suministro de agua durante la fase de crecimiento.

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