sábado, 31 de diciembre de 2011

Huertos ecológicos te desea feliz 2012

Desde la Dirección de Huertos ecológicos Alcorcón os queremos  felicitar el año 2012 y agradecer la fidelidad que nos habéis demostrado en todos estos años.

Un fuerte abrazo.


domingo, 25 de diciembre de 2011

La agricultura ecológica ayuda a detener la crisis climática


Como dice Edward Goldsmith, el calentamiento global es el más peligroso de los desafíos que amenaza a nuestra especie. Necesitamos formas de producir que combatan la crisis climática y que, además, ayuden a mitigar sus efectos.
En ese sentido, la agricultura ecológica es emblemática. Montse Escutia nos ayuda a entender por qué la agricultura orgánica es tan útil para plantarle cara al cambio climático.
 
La agricultura biológica es la solución a muchos de los problemas que asolan a la Humanidad. La agricultura ecológica es una respuesta eficaz y eficiente a la crisis climática
Vandana Shiva
 
El cambio climático no es algo nuevo. Que la agricultura biológica es el grano de arena que el campo podría aportar a este problema que afecta a todos los sectores productivos tampoco. Hace más de un año que el sector grita que además de las múltiples ventajas que supone para el medio ambiente y para la salud de las personas, además, contribuye a mitigar los efectos del cambio climático. Porque se aleja del modelo agrario productivista que consume grandes cantidades de combustibles no sólo para las labores del campo, sino para fabricar cantidades ingentes de abonos nitrogenados y pesticidas que luego van a parar a nuestros ríos y fuentes y se cuelan sigilosamente en nuestros alimentos.
UN MODELO QUE FALLA
Tradicionalmente la agricultura utilizaba la energía gratuita del sol para producir alimentos. Esto ha sido así hasta la llegada de la Revolución Verde. Antes del siglo XIX, en la agricultura tradicional, se empleaban entre 0,001 y 0,05 calorías para producir una de alimentos. Actualmente se emplean entre 0,2 y 0,5 calorías para producir una de patatas o de maíz. Y el balance se vuelve negativo si hablamos de la producción intensiva de carne (se gastan de 2 a 5 calorías para producir una) o llegamos a la friolera de 500 calorías invertidas para producir una cuando se trata de cultivar una lechuga en un invernadero en el norte de Europa.Una vez más, nos encontramos ante la evidencia de un modelo absurdo que pretende buscar soluciones al hambre en el mundo cuando el problema no ha sido nunca la capacidad de producir de la tierra sino la necesidad de satisfacer los caprichos de unos cuantos. El consumo de alimentos fuera de temporada, las dietas basadas en el consumo excesivo de carne y el transporte de alimentos a miles de kilómetros de sus zonas de producción en detrimento del consumo local… obligan a unos gastos energéticos que serían del todo innecesarios si el modelo fuese otro.
CÓMO LA AGRICULTURA CONTRIBUYE AL CAMBIO CLIMÁTICO
La agricultura contribuye a la emisión de tres tipos de gases que participan en el efecto invernadero: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O); y los datos hablan de una contribución de aproximadamente el 11% sobre las emisiones globales del conjunto de las actividades humanas.El CO2 se produce principalmente en el uso de la maquinaria agrícola y también en la obtención de pesticidas y abonos químicos, especialmente los nitrogenados. Debemos tener en cuenta que, para obtener una tonelada de abono nitrogenado, se necesitan tres toneladas de petróleo. Sin embargo, debemos considerar otro factor que ha contribuido en gran magnitud al aumento de los niveles de CO2 atmosférico. Se trata de la tala masiva de bosques para poner en funcionamiento nuevas tierras de cultivo. Los bosques son sumideros de carbono, es decir, los árboles absorben el CO2 de la atmósfera y lo transforman en madera. Cuando se tala, o principalmente se quema un bosque, todo el CO2 fijado en la madera se libera de nuevo a la atmósfera. El efecto es doble: por un lado se vuelve a emitir el CO2 anteriormente fijado y por otro se pierden grandes superficies de árboles consumidores de CO2. De esta manera desde 1850 una tercera parte del aumento de los niveles de CO2 en la atmósfera es responsabilidad del cambio en el uso de la tierra.El metano es el tercer gas con efecto invernadero más importante de la atmósfera después de vapor de agua y el CO2. Sin embargo su potencial de calentamiento es superior al del CO2 y contribuye aproximadamente en un 15% al calentamiento global. La agricultura es la principal responsable de las emisiones de metano a la atmósfera especialmente debido a la cría intensiva del ganado y en menor medida al cultivo del arroz. El óxido nitroso contribuye en un 6% en la emisión de gases con efecto invernadero. El verdadero problema de este gas es que su potencial de calentamiento de la tierra es muy superior al del CO2 y al del metano. Las emisiones a la atmósfera de este gas provienen de procesos naturales, como la fijación de nitrógeno en el suelo por parte de las bacterias asociadas a las leguminosas, pero también tienen un origen antropógeno (estimado en un 41%), especialmente relacionado con los procesos de abonado nitrogenado ya sea de origen químico u orgánico y por tanto ligado a la actividad agraria.
LA GANADERÍA EN EL OJO DE MIRA
La FAO ya advirtió en su momento de algo que pudo sorprender a muchos: la ganadería industrial genera más emisiones de gases causantes del efecto invernadero que el sector del transporte. Las causas son diversas. Por una lado las tierras actualmente ocupadas por bosques que son destruidas para destinarlas a pastos o, lo que es peor, al cultivo de soja transgénica que después se utilizará en la elaboración de piensos. Por otro lado el estiércol producido por las grandes concentraciones de animales en las granjas intensivas emite oxido nitroso, especialmente perjudicial como ya se ha comentado.Por último, los sistemas digestivos de los rumiantes, en buena medida el de las vacas, originan metano que se libera a la atmósfera. Este es el origen de un 37% del metano que la actividad humana genera.Si tenemos en cuenta que la producción de carne ha aumentado espectacularmente en los últimos años y que está previsto que en el 2050 se haya duplicado, las expectativas no son muy alentadoras. Si a esto le sumamos las cifras de obesos y enfermos por causas relacionadas por un exceso de consumo de proteínas y grasas de origen animal en los países “más desarrollados”, una vez más nos volvemos a enfrentar a un modelo que no funciona y que hace aguas por todos los lados.Frente a esto, la ganadería ecológica, mucho más ligada al territorio, al aprovechamiento de tierras poco productivas y al uso de los recursos propios de la finca, ofrece un modelo de producción de carne que no permite su consumo diario, sino un uso más racional y más saludable de este alimento que representa un aporte a la dieta humana de proteínas de gran calidad. Aún más, la dieta de los animales ecológicos no se basa principalmente en piensos ricos en proteínas (procedentes de soja básicamente) como en las granjas convencionales, disminuyendo de forma eficaz las emisiones de N2O.
OBJETIVO: FIJAR CARBONO EN EL SUELO
Entre las muchas soluciones propuestas para la lucha contra el cambio climático existe una a la que la agricultura biológica puede contribuir en gran medida: el secuestro de carbono en las plantas y en el suelo.Las plantas, como todos los seres vivos, son almacenes donde el carbono se acumula. La ventaja de una planta, especialmente de los árboles, es que acumulan carbono de una forma mucho más estable en sus troncos y además a largo plazo. En el diseño de la finca agroecológica los árboles juegan un papel importante como elemento para incrementar la biodiversidad y suelen estar presentes formando parte de setos que separan unas parcelas y otras o en los bordes de los caminos. La uniformidad de los campos destinados al monocultivo, con grandes extensiones de cultivo mecanizado, han contribuido en nuestro país y en otros muchos lugares del mundo a eliminar los árboles que antaño se encontraban en márgenes y lindes de las fincas. La agricultura ecológica contribuye a recuperar ese modelo donde el árbol era protagonista proporcionando madera, sombra y, en muchos casos, frutos.El suelo también acumula carbono, en su mayor parte en forma de humus estable unido a las arcillas y formando el complejo arcillo-húmico. Hay pocos estudios al respecto y los valores de fiabilidad de los existentes es muy baja. Por ello resulta complicado dar datos. Lo que sí está claro es que el nivel de carbono que se acumula en un suelo ha de ser superior cuando se practica la agricultura ecológica y el incremento de la materia orgánica del suelo es un objetivo, que en la agricultura basada en la fertilización química donde no sólo los aportes de carbono son prácticamente inexistentes sino que se contribuye a degradar la materia orgánica que ese suelo haya podido almacenar durante siglos.Uno de los pilares de la agricultura ecológica es el uso de materia orgánica como base de la fertilización. Esta técnica tiene como resultado un doble objetivo: por un lado mejorar la fertilidad química del suelo, es decir, mejorar su contenido en nutrientes para que luego las plantas los puedan utilizar y producir más; y, por otro, mejorar la fertilidad física del suelo, o lo que es lo mismo, mejorar su estructura para facilitar el desarrollo de las raíces, la circulación del agua y del aire, todos ellos aspectos básicos para el buen crecimiento y desarrollo de las plantas.Además del abonado orgánico, otra técnica ampliamente utilizada en agricultura ecológica es la rotación de cultivos. Esta práctica también tiene efectos positivos para la lucha contra el cambio climático puesto que se ha visto que contribuye a aumentar la biomasa radicular además de prevenir las pérdidas de nitrógeno a la atmósfera.
UN CONGRESO
El 17 y 18 de abril tuvo lugar en Clermont-Ferrand (Francia) un congreso internacional sobre “Agricultura biológica y cambio climático”. El objetivo del encuentro, tal como anunciaban sus organizadores, era: “Reunir a un cierto número de expertos para hacer balance sobre los conocimientos científicos existentes y discernir los resultados verificados a partir de aspectos reconocidos, y esto a escala internacional. Este encuentro ayudará a tomar consciencia sobre las consecuencias de nuestros comportamientos y de nuestra manera de vivir, tanto local como mundialmente”.El congreso contó con la presencia de 224 profesionales y científicos de más de 20 países. Nadia Scialabba, representante de la FAO, puso de manifiesto lo poco presente que ha estado hasta ahora la agricultura en los congresos y encuentros sobre cambio climático a pesar del importante papel que ésta juega.Como conclusión del congreso, señalamos: la agricultura ecológica emite menos gases con efecto invernadero que la agricultura convencional por unidad de superficie. Esto se debe principalmente al no consumo de abonos químicos, a la menor emisión de N2O debido a un menor uso en global del nitrógeno y en forma que ocasiona menos pérdidas a la atmósfera y a un secuestro de carbono superior al de la agricultura convencional como media.La generalización de técnicas como el compostaje, la rotación con leguminosas o una mejor gestión del nitrógeno ayudarían a reducir las emisiones de gases con efecto invernadero.Nuestros hábitos alimentarios y nuestras actitudes de compra también son importantes: ir en coche a comprar supone un 11% de las emisiones de gases con efecto invernadero si se analiza en conjunto la cadena agroalimentaria, según el Instituto Francés del Medio Ambiente. El consumo de productos fuera de temporada, el exceso de envases, de productos preparados y especialmente el abuso en el consumo de carne de granjas intensivas también fueron apuntadas en el congreso como acciones cotidianas de gran impacto para el cambio climático.Y finalmente se puso de manifiesto la necesidad de abordar el problema de forma global y ver las múltiples ventajas que ofrece la agricultura ecológica, entre las cuales la lucha contra el cambio climático tiene una relevancia decisiva.
LOS CONSUMIDORES…
Una vez más la pelota está en nuestro tejado, en el de los consumidores. El cambio climático sí es un problema en el que el comportamiento de los ciudadanos va a tener grandes repercusiones en el éxito o el fracaso de los objetivos y protocolos propuestos por los dirigentes de nuestros países. A nivel de la alimentación la apuesta es clara y los consejos, sencillos:1.- Disminuir el consumo de carne y elegir siempre carne de producción ecológica.2.- Consumir frutas y verduras de temporada que no sea necesario producir con grandes esfuerzos energéticos (invernaderos) o traer de otros países lejanos.3.- Consumir productos locales para minimizar el transporte de alimentos a largas distancias a nivel mundial4.- Elegir productos frescos en lugar de productos congelados o transformados.5.- Consumir alimentos ecológicos o producidos en economías de pequeña escala de tipo familiar.6.- Comprar en la tienda más cercana en lugar de coger el coche para desplazarnos a las grandes superficies.

Montse Escutia es ingeniera agrónoma de la Asociación Vida Sana

jueves, 15 de diciembre de 2011

Las "Malas Soluciones Quimicas"



Cada año los plaguicidas producen 3.000.000 de envenenamientos directos y más de 200.000 muertes. Eso significa 660 muertes al día o 25 muertes por hora. Solo en estados unidos se diagnostican 6.000 casos de cáncer al año debido a los plaguicidas. Podemos encontrarlos hasta en el último rincón del planeta incluida la leche materna, las papillas infantiles y toda clase de alimentos. Cada año se fabrica y emplea medio kilo de plaguicidas por habitante. Por muy grande que sea el planeta, es una cantidad exorbitante que año tras año va envenenando un poco más el sitio donde vivimos.
Cuando se producen contactos masivos con un plaguicida se generan crisis muy fuertes, observándose su efecto de inmediato, pero lo mas peligroso es cuando a base de pequeñas dosis se van acumulando en el organismo (muchas sustancias además de persistentes, son bioacumulativas y el cuerpo o puede eliminarlas), generando afecciones crónicas que no relacionamos con los plaguicidas, pero van agravándose hasta llegar a concentraciones criticas que producen alteraciones irreversible de algún órgano. Según el consejo de Europa, a los plaguicidas se les relaciona con patologías cancerigenas, mutagénicas, teratogénicos, de reproducción y que afectan a los sistemas inmune, endocrino, renal y hepáticos.
Solo un 10 % de los principios activos de los insecticidas de síntesis han sido investigados en sus efectos sobre la vida del suelo o en la salud de los consumidores. Además, las industrias que fabrican los agroquímicos no investigan las sinergias, consecuencia de las mezclas aleatorias que hacen los agricultores, o las que producen al consumir alimentos tratados con varios plaguicidas;  creando combinaciones de principios activos no previstas por los fabricantes y no estudiadas en el laboratorio.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Cursos sobre agricultura ecológica y medio ambiente


En Enero empezamos nuestra nueva actividad. Cursos en nuestra aula medioambiental sobre agricultura ecológica y medio ambiente. Solicita información e inscríbete.






jueves, 1 de diciembre de 2011

Bancales en Huertos Ecológicos


BANCALES ENLADRILLADOS.

En los últimos años se han popularizado los bancales cerámicos o enladrillados, debido a que resultan fáciles de elaborar y requieren menos mantenimiento que los clásicos bancales elevados. Entre las ventajas de los bancales cerámicos, podemos destacar que facilitan las labores de siembra, de trasplante y de mantenimiento del huerto, al permitir elevar un poco mas los bancales ( 50-60 cm ); evitan el derrumbe de los laterales de los bancales sin elementos de retención-aunque, una vez están los bancales en pleno cultivo, esto es poco frecuente en las tierras francas, pero suele ser un problema en las tierras arenosas-; permiten aprovechar la máximo el espacio disponible reducen los trabajos de desherbado.
Para realizar los bancales cerámicos, podemos colocar unas paredes a modo de soporte lateral de los bancales, recurriendo a ladrillos cerámicos tipo “machi-hembrado” que hallamos a buen precio en las tiendas de materiales de construcción y que podemos conseguirlos con dimensiones de mas de 1m de largos y unos 50 o 60 cm de anchura (que al ser colocados horizontalmente, determinaran la altura de los bancales).
Para que se mantengan rectos y no se caigan con la presión de la tierra de los bancales, haremos una pequeña zanja y enterraremos una parte del ladrillo en el suelo ( entre 5 y 10 cm ) y los sujetaremos con unas estacas de madera o de metal, que clavaremos en las esquinas y en las uniones entre ladrillos.
El resto de los labores de acondicionamiento, laboreo y aireación de la tierra, siembras, trasplantes, acolchados, enturorados…son similares a los descritos para los bancales elevados o para las paredes en crestall.

 BANCALES PARA TRABAJAR DE PIE.

La construcción de bancales elevados a unos 70cm de altura ( altura habitual de una mesa), mediante muros de contención de la tierra del bancal ya sea de ladrillo u otros materiales como troncos de madera, además de evitar la evaporación del agua por los laterales de los bancales, permite trabajar los bancales perfectamente de pie y con la espalda recta. Es un sistema muy recomendable para personas con problemas de espalda o hernias discales  y para las personas de edad avanzada que les cuesta mantener ciertas posturas. En el mercado también podemos hallar mesas de cultivo ya prefabricadas y listas para montar en casa. Suelen ser de chapa galvanizada resistente y duradera. El único problema es que hay que vigilar la deshidratación, puesto que la mayoría tienen poca profundidad de tierra o de sustrato de cultivo ( 15-20cm) y en periodos estivales, si falla el riego, en menos de una semana podemos perder la plantación.


BANCALES, RIEGO POR GOTEO Y ACOLCHADO

El cultivo del huerto en bancales en los que se combina la colocación del compost sobre la tierra ( sin mezclarlo con ella), el riego por goteo y acolchado con paja, crea una sinergia positiva que da lugar a varias ventajas: por un lado la tierra es mas fácil de mantener siempre adecuadamente regada y las mangueras de goteo interlinea pueden conectarse a un programador de riego electrónico que abra y cierre el riego en función de las condiciones climáticas, con el consecuente ahorro de agua . Esto ofrece la posibilidad de ausentarnos temporadas largas sin que se echen a perder los cultivos por falta de riego. Además, el acolchado, al evitar la evaporación, nos permite ahorrar agua y también nos evita el trabajo de desherbar, pues la sombra de la paja no deja nacer adventicias.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Abonos verdes


Una de las técnicas de cultivo ecológico que puede permitirnos mantener altos niveles de fertilidad en nuestro huerto y reducir las necesidades de incorporación de composta consiste en realizar regularmente siembras de abono verde. Las plantas forrajeras, gramíneas e incluso la flora espontánea, cultivadas como abono verde, mantienen o incrementan la actividad biológica de la tierra, desintoxicándola y aportándole nuevos nutrientes. En algunos casos resultara también muy interesante el aporte nitrogenado de las leguminosas.
Hay que tener presente que para el abono verde cumpla tal función, hay que segarlo en el momento de la floración, e incorporarlo a la tierra (en las zonas calidas) o dejarlo triturado como acolchado (en las zonas frías o húmedas), hasta su deshidratación y posterior incorporación a la tierra. Esto se comprende si sabemos que la mayor parte de las plantas, especialmente las leguminosas, apenas extraen nutrientes de la tierra en las primeras fases de su desarrollo, ”alimentándose” de la energía solar-fotosíntesis- y de los compuestos presentes en el aire y el agua. Es en la fase de fructificación-tras la floración- cuando “chupan” el máximo de elementos de la tierra, para formar las semillas, que deberán almacenar gran cantidad de nutrientes y minerales a fin de asegurarse una larga pervivencia.

Por ello, si tenemos la precaución de cortar el ciclo vegetativo de las plantas elegidas como abono verde, cortándolas en la fase de floración, estaremos alimentado a al tierra con los abonos naturales absorbidos por las plantas del aire y del agua; plantas cargadas con energía del sol, de ahí el calificativo de abono verde.
En los manuales y libros de agricultura ecológica, podemos hallar información sobre una gran variedad plantas y combinaciones de plantas para su uso como abonos verdes. Aunque la experiencia nos muestras que en un huerto de reducidas dimensiones-basado en pequeñas parcelas o bancales de cultivo-el abono verde mas fácil de cultivar y que ofrece los mejores resultados es una combinación de habas forrajeras y de vezas. Las habas forrajeras pueden alcanzar el 1,50n o los 2m de altura. Las vezas, -que normalmente se desarrollan mas a ras de tierra-, se encaraman en las matas de habas forrajeras y juntas hacen una exuberante masa verde, que alcanza su punto de desarrollo máximo justo antes de la floración. La combinación habas forrajeras y vezas es una de las mas equilibradas y enriquecedoras de la tierra, ya que aporta una gran cantidad de nitrógeno-las dos son leguminosas- y los tallos de las habas son muy ricos en celulosa y carbono-humus estable a largo plazo-. De todos modos, algunas experiencias en centros de investigación agrícola han constatado que el abono verde que mayor proporción de restos orgánicos y carbono aporta la tierra, es el abono verde que se consigue recurriendo a la flora espontánea en esa tierra.
El abono verde suele estar listo para su incorporación en la tierra cuando las principales plantas que lo componen inician su floración, a finales del invierno o a principio de primavera, con lo que la masa vegetal obtenida tras la siega o el triturado dispondrá de tiempo para iniciar su transformación, fermentado o descomposición, que la conviertan en nutrientes activos para la vida microbiana de la tierra y en fuente de grandes dosis de humus, asimilable por las plantas que ocuparan esos espacios, en primavera y verano.
Dada la importancia del abono verde como propiciador e incrementador de los niveles de fertilidad, es conveniente que toda parcela del huerto reciba, una vez cada 2 o 3 años, un abono verde; esta será la mejor garantía de mantenimiento de la salud, de la vitalidad y de la fertilidad de la tierra.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Huertos ecológicos en Onda 6 TV

La importancia de un buen laboreo


DIFERENCIAS EN EL LABOREO SEGÚN LOS TIPOS DE TIERRA

La tierra no se trabaja igual cuando es arcillosa y pesada que cuando es arenosa, pedregosa o ligera. Las tierras pesadas suelen compactarse y apelmazarse con facilidad cuando son pisadas o trabajadas tras la lluvia o el riego y se vuelven duras como la piedra cuando se secan Por ello es importante buscar el buen momento para trabajarlas “con tempero”, cuando no están ni demasiado secas, ni demasiado húmedas. Como ya hemos comentado, aporta gran cantidad de arena, perlita o vermiculita las aireara y esponjará.

Las tierras arenosas y cálidas, suelen ser más fáciles de trabajar. El problema es que retiene mal la humedad y en ellas se escurre fácilmente el agua arrastran o lixivian los nutrientes. Para corregirlo es bueno realizar acolchado y añadir abundante materia orgánica para que haga esponja y retenga mejor el agua y los nutrientes.


 ¿ EN  QUE PUEDE AYUDARNOS EL LABOREO?

Mediante las diferentes técnicas de laboreo podemos alcanzar varios objetivos:

  • Mejorar la estructura para que la tierra retenga durante mas tiempo la humedad al romper la capilaridad de las capas superficiales, lo cual también favorece el drenaje en tierras.
  • Preparar la tierra para la siembra o el trasplante, desempedrar, nivelar…..
  • Incorporar a la tierra materia orgánica, composta, enmiendas o abonos verdes.
  • Controlar las hierbas adventicias con labores de bina, escarda o roturado.
  • Airear la tierra y así favores las condiciones que permiten el control de patógenos
  • Distribuir los espacios de cultivo, hacer surcos, bancales, eras, líneas, hoyos, etc.
  • Incorporar a la tierra los restos de cultivos una ver terminado su ciclo productivo.
  • Cosechar tubérculos y raíces.
  • Aporcar, recalzar o desaporcar algunas plantas, como patatas, caros o puerros.


 PRINCIPIOS BASICOS DEL LABOREO

  • El laboreo no debe alterar los perfiles de la tierra ni alterar bruscamente su condición; para ello se intentara ir profundizando en labores sucesivas, evitando su volteo y la mezcla de horizontes.
  • No remover la tierra o labrar por rutina, hacerlo solo cuando sea necesario. Trabajar más de lo necesario supone un esfuerzo y un gasto energético evitable.
  • Trabajar la tierra en el momento adecuado, según lo que deseemos conseguir
  • Procurar no incorporar en profundidad la materia orgánica fresca- restos de cosechas, abonos verdes, composta, estiércoles, etc.-.
  • Estimular el laboreo natural, el que efectúan las raíces y los organismos vivos de la tierra. Esto se consigue con abonos verdes, con aportes de materia orgánica y rotaciones de plantas con sistemas radicualres que llegan a diferente profundidad.
  • No trabajar nunca la tierra cuando esta demasiado seca o demasiado húmeda. Buscar o provocar con el riego el punto de tempero o sazón.
  • Evitar la compactación de la tierra a causa de la maquinaria pesada o de labores sucesivas. Recurrir a subsolado si se llega a una excesiva compactación, algo que no debería suceder.
  • Que todas y cada una de las labores que hagamos tengan como objetivo final la mejora de las condiciones de ese suelo, creando y manteniendo su fertilidad y consiguiendo las condiciones optimas para el buen desarrollo de las plantas cultivadas.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Huertos de Alquiler Alcorcón en 8Madrid TV




Conocenos mejor e informate en el Tlf  916199419

El riego en tu huerto ecológico


Frecuencia regular: La frecuencia del riego debe ser regular y estará en función de la especie cultivada, del estado vegetativo de la planta y de la estación del año, influyendo la temperatura ambiente; el frío, el calor, si el sol incide plenamente o es indirecto……

Frecuencia variable: Las plantas cultivadas por sus hojas como la lechuga o las acelgas, requieren riegos mas regulares; con las que cultivamos por sus frutos ha de limitarse el riego en el momento de las primeras floraciones, regar con regularidad una vez cuajados los frutos y regar copiosamente después de cada recolección. Las plantas que deseamos conservar durante largos periodos después de la cosecha, como ajos, cebollas o tomates de colgar, se regaran de forma regular, pero recibirán riegos escasos, o nulos, en sus últimas fases de desarrollo.

Riegos escasos: Hay plantas como los ajos, las cebollas o las plantas medicinales que requieren riegos escasos, y les bastara con aproximadamente ½ litro de agua por cada 10 litros de tierra (o sustrato de las plantas en macetas).

Riegos moderados: La mayoría de hortalizas, en condiciones climáticas normales, requieren riegos moderados de aproximadamente 1 litro de agua por planta, o por cada 10 litros de tierra o sustrato-plantas en macetas-.

Riegos copiosos: Tanto en pleno verano, como para el cultivo de las plantas mas exigentes en riegos como las alcachoferas, las escarolas, las coles o coliflores- y las plantas de hojas anchas y acuosas, como lechugas o acelgas-, es probable que tengamos que regar regularmente con riegos copiosos de aproximadamente 2 litros por planta.

Riegos en función de la estación: En verano regaremos preferentemente al atardecer y en otoño por la mañana

Regar sin mojar la planta: no mojar las hojas al regar; en verano se pueden quemar y en invierno y otoño propician el desarrollo de hongos.

Riego en macetas: las plantas cultivadas en macetas y en mesas de cultivo, necesitan riegos más frecuentes ya que sufren mayor evaporación.

Mejor sed que ahogar: Es mejor que las plantas cultivadas padezcan sed de tanto en tanto, a que sufran un encharcamiento de agua constante.


jueves, 17 de noviembre de 2011

Formas de cultivo ecológico "Parades en crestall"


Los objetivos prioritarios de toda práctica agrícola pueden definirse con tres premisas muy básicas: sencillez, mínimo esfuerzo y máximos resultados.
Estas tres premisas se cumplen a la perfección en el método de “Parades en crestall” elaborado hace mas de 25 años por el conocido horticultor mallorquín Gaspar Caballero.

Toda la laboriosa preparación de la tierra para realizar los bancales con el método de cava profunda, es quizás lo que más ha obstaculizado la popularización del método de cultivo de bancales. Aunque, como hemos visto, nuestra propuesta de variante consistente en una sola cava generalizada de toda la superficie del huertos y la elaboración de los bancales limitándonos a añadir la tierra de los pasillos, simplifica mucho las cosas y permite obtener excelente resultados con un mínimo esfuerzo inicial. En este punto, Gaspar aun lo simplifica más y se abstiene de “elevar” los bancales. Con el método  de “Paredes en crestall”, la cava con el motocultor se restringe al espacio útil de los bancales, que se trabajan a nivel de suelo, con lo que, por un lado, se reduce considerablemente el esfuerzo inicial y, al mismo tiempo, se consigue reducir netamente el riego, al evitar la mayor evaporación que se produce en los tradicionales bancales elevados por su contacto con el aire en los laterales.

En Mallorca, se denomina “parada” al rectángulo de tierra donde se cultiva, lo que en algunas regiones se llama “tabla” de cultivo, y “crestall” se llama a la parte alta de los surcos, equivalente al “manto” que queda cubierto de compost según el método de Gaspar.

Este “crestall” o manto de unos 2cm de compost orgánico que se deposita sobre la parada no hay que mezclarlo con la tierra. El método se inspira ( como veremos en el capitulo 4 al hablar del abonado) en la fertilización que se produce en plena Naturaleza, donde la hojarasca de hojas caídas sobre la tierra, se encarga de ir nutriendo el bosque, pues se van descomponiendo en la superficie y poco a poco van disolviéndose y distribuyendo las substancias humicas, las cuales acaba llegando a las raíces de las plantas. Además, este manto orgánico sirve para mantener la humedad de la tierra y de los cultivos, y propicia la creación de una rica vida edáfica del subsuelo, con abundancia de lombrices de tierra y microorganismos que son los encargados de facilitar la materia orgánica se transforme en humus asimilable.

Paralelamente al desarrollo de su método, Gaspar Caballero ha realizado y experimentado con éxito unas cuantas aportaciones interesantes, entre ellas destaca el llamado “fem de basa” o compost. “Fem” es el nombre que recibe en catalán el estiércol y fem de bassa es una variante de compostaje a partir de métodos tradicionales mallorquines, consistente en compostar excrementos de la granja esencialmente de gallina y cabra-, con restos vegetales y paja, de forma que se obtiene un material rico en materia orgánica y equilibrado en las proporciones de humus activo y humus estable. Lógicamente, la formulación de dicho compost puede variar de una zona a otra, pero la característica clave es que sea un compost de calidad, con una granulometría adecuada ( ni muy fina ni muy gruesa) para que no obstaculice el paso ni del agua ni del aire y que contenga restos de excrementos animales. Ya que tal como plantea el propio Gaspar Caballero, un huerto ecológico sin animales domésticos, es como una vivienda sin cimientos y tarde o temprano dará problemas.

Una de las grandes aportaciones que ha supuestos el método de Gaspar Caballero es el uso de composta en superficie sin mezclarlo con la tierra. El hecho de no seguir el convencional sistema de mezclar el compost con la tierra del cultivo, como ya abogara Jean Pain en método adaptado del compost de los Templarios, reproduce mejor los procesos que se dan en plena Naturaleza. Entre las ventajas de no mezclar el compost y reducir las perdidas por lixiviación, evita la podredumbre de las raíces y lógicamente, evita un trabajo importante en el horticultor.

Otra variante son las dimensiones. En vez de los 1,2m de ancho de los bancales elevados o profundos más clásicos, Gaspar pasa a los bancales de 1,50m, porque la suma de las medidas 60+30+60, nos da unas “paredes” de  1,5 metros de ancho. La longitud de las “paredes” puede ser muy variable aunque recomienda sea un múltiplo de 3, por ejemplo 9, 12, 15, 18,21, m etc. (la mas habitual es de 3 o de 6m para los huertos familiares) pero manteniendo siempre la anchura de 1,5 metros.

Estas medidas nos facilitaran luego el cálculo de las cantidades de semillas o del número de plantas que necesitaremos en cada “parada”.

En el método de “Paredes en crestall”, es muy importante no pisar ni remover nunca el espacio de tierra o “parada” y mantener su manto orgánico o crestall. Es por ello que el diseño de la “parada” se ha realizado calculándolo con unas medidas que resulten idóneas, y con los elementos necesarios.

Cada “parada” se organiza en dos “crestalls” de 60cm de ancho, separados por un corredor central de 30cm en que se colocan unos ladrillos planos cada 60cm y plantas medicinales y aromáticas que crecerán cercanas a las hortalizas pero sin alterar la dinámica del cultivo. Este pasillo y esos ladrillos nos sirven para trabajar sin pisa las “parada”. La presencia de plantas medicinales, aromáticas y ornamentales-flores-, incrementa los niveles de biodiversidad y contribuye a mantener la “parada” libre de la mayor parte de parásitos y plagas.

La precisión que se exige en el método de Gaspar en cuanto a las medidas del bancal de trabajo es fruto de una organización global de los trabajos hortícolas y de la propia conservación de la tierra fértil. En la practica, cada “parada” se organiza como si fuera una mesa de escritorio en la que colocaremos de la forma mas ordenada y ergonómica posible, desde el sistema de riego, hasta los ladrillos de cerámicos que identifican a las “Parades en crestall “desde lejos.

Como sistema de riego, Gaspar propone la instalación de mangueras de tubo exudante que se distribuyen en forma de U a lo largo de cada “crestall” de 60 cm y se colocan encima del compost sin más. Por ello se calcula que la unión de la U sea de unos 30 cm para que queda centrado en la anchura de la crestall. Lógicamente, el tuvo de exudación precisa de una cierta presión en la red de riego, si no es así también sirven los tubos de riego gota a toa de 16mm con goteros cada 25 cm.

Otra característica de las “Parades en crestall”, es que deben agruparse en múltiplo de cuatro. Cuatro, ocho, doce paradas etc., porque el método de Gaspar se complementa con una elaborada rotación de cultivos divididos en familias de plantas y repartidas en bloque de cuatro que van rotando años tras año. Eso debe ser así porque uno de los elementos clavo del método es el ciclo de rotación de 4 años en los cultivos de hortalizas según sean de una u otra familia botánica.

En cada uno de los cuatro bancales se unifican unas familias concretas de plantas. Gaspar otorga mucha importancia en su método a la regla de las cuatro familias; las solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas, etc.) van siempre solas ocupando toda la parada. Las umbelíferas (zanahorias, apio, apio-rabano, etc) pueden cultivarse con liliáceas (cebollas, puerros, ajos). Las leguminosas (guisantes, habas, etc.) con crucíferas (coles, rábanos, nabos, etc.) y las compuestas (lechugas, endivias, etc.) con las quenopodiáceas (remolacha, espinacas, acelgas, etc.) y cucurbitáceas (pepinos, calabacines, etc.). Se plantas en cada una de las franjas de las 4 paradas, con plantas de las familias del grupo. En caso de la agrupación de compuestas, quenopodiáceas y cucurbitáceas, podemos alternarlas.

El resultado de este sistema- tras la colocación de las mangueras de riego localizado por exudación- es, como decíamos al principio, la obtención de un método sencillo, fácil de realizar y de muy reducido mantenimiento, dado el poco riego que exige y la ausencia de hierbas adventicias. Esto se debe a que el compost hace de acolchado, y el cultivo muy espeso de las hortalizas dificulta la nacencia de hierbas. Algunos hortelanos están por color un acolchado de paja sobre el compost, ya que así reduce más aun la evapotranspiración, los riegos y la presencia de hierbas. Aunque Gaspar es reacio al uso de la paja es les Paredes en crestall puesto que no le gusta tener que entresacar las matas de trigo o de cereal que germinan en aquellas pajas que fueron mal trilladas y contienen muchos granos.