Cerca de la ciudad de Madrid, en un cruce de caminos entre los términos de Alcorcón, Leganes y Mostóles, un grupo de personas de edades y profesiones muy diversas comparten una misma afición: cultivar un trozo de tierra. No son agricultores. Hay psicólogos, profesores, dependientas, funcionarios, médicos, conserjes, parados y jubilados. Todos ellos viven en pisos, y decidieron un día alquilar una pequeña parcela donde poder cultivar verduras, hortalizas y árboles frutales de forma completamente ecológica. Los productos de los huertos se destinan a autoconsumo, pero más allá de llevar a la mesa el producto final, hay en todos ellos un deseo común de escapar de la rutina urbana y de reencontrarse con un modo de vida más ligado a la tierra.
Se trata de la única iniciativa de este tipo de carácter privado de la Comunidad de Madrid. Mario Rodríguez, gerente de Huertos Ecológicos Alcorcón e impulsor del proyecto, decidió poner en producción una extensión de 27.00 metros cuadrados de un terreno agrícola ubicado entre la Cañada Real de Pozuelo y el cruce con el camino de Leganes a Mostóles muy cerca del limite del Ensanche Sur de Alcorcón. Se encuentra rodeado de campos de cereales, y aunque pertenece a Fuenlabrada, linda con Alcorcón, Leganes y Mostóles, todo el mundo los conoce como de Alcorcón.
La idea de trasladar a su terreno la reciente moda de los huertos urbanos le llevó a invertir todos sus ahorros en una iniciativa que en la región solo ha sido puesta en práctica por la Comunidad de Madrid.
En la actualidad no existen parcelas libres existiendo una amplia lista de espera.
Las más básicas miden entre 45 y 50 metros cuadrados, aunque también las hay de 90 ó 100, dependiendo de la orografía del terreno, y alguna llega hasta los 150. El precio, en función del tamaño del huerto, va desde los 35 a los 90 euros mensuales. El éxito del proyecto ha llevado a sus propietarios a plantearse ampliar próximamente la zona de explotación.
«Ofrecemos a la gente que no puede vivir en una casa de campo, o que prefiere la ciudad para su vida diaria, la posibilidad de seguir manteniendo su vida urbana y disfrutar al mismo tiempo del campo con una actividad propia del mundo rural», afirma Mario Rodriguez
Cosecha múltiple
A ratos, y sobre todo los fines de semana, los nuevos huertanos urbanos acuden a su pequeño terreno alquilado a cultivar la tierra. En una misma parcela plantan especies vegetales muy diversas. Patatas, ajos, puerros, calabacines, zanahorias, fresas, lechugas, tomates, habas, cebollas y apio, comparten a veces el espacio con flores y árboles frutales
Técnicos agrícolas imparten charlas periódicas a los arrendatarios de las parcelas, les asesoran sobre qué plantar, cuándo y cómo hacerlo.
Según el gerente del proyecto, todo el proceso es ecológico. «Está totalmente prohibido utilizar sustancias químicas o de origen animal desde la siembra hasta el momento de la recolección. Tanto el abono como los productos que protegen los sembrados de hongos e insectos son naturales y de procedencia vegetal», explica.
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