La remolacha es una planta originaria de Europa del Sur, sus hojas son verdes con nervios rojizos, la parte de la hortaliza que se consume es la raíz, pero en algunas culturas también se consumen sus hojas.
La remolacha es una planta de climas frescos, aguanta bien las temperaturas bajas y es bastante resistente a las heladas. Su temperatura óptima oscila entre los 15ºC y los 18ºC.
El suelo para el cultivo de esta hortaliza debe ser fértil, bien aireado. Evitaremos los terrenos duros y arcillosos.
El agua es un elemento que debe de estar presente en todo momento en el cultivo de la remolacha. Esta hortaliza no aguanta los periodos secos. El riego debe ser uniforme y frecuente.
Eliminar las malas hierbas ayudará a airear el terreno y evitará la propagación de plagas y enfermedades.
Los agentes patógenos que más atacan al cultivo de la remolacha son: pulgones, gusanos grises, moscas y enfermedades víricas.
La multiplicación de esta hortaliza se puede realizar tanto en siembra directa, como en semilleros. En el Hemisferio Norte la mejor época para sembrar remolacha es a mediados de septiembre.
Podemos recolectar cuando tenga el tamaño que más nos interese. No tenemos porque dejar que la planta se desarrolle totalmente.
Para que la remolacha se mantenga tersa y bien hidratada es conveniente cortar las hojas y tallos, dejando solamente unos centímetros.
Para su conservación se pueden congelar, hacer conservas en vinagre o simplemente guardarlas en recipientes bien cerrados.
Algunas sugerencias para consumir esta hortaliza puede ser asar al horno, cocer o en ensalada. Debido a su alto contenido en azúcares su sabor es dulce. La remolacha combina bien con algún ácido como el limón o el vinagre
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